El olor de gasolina ¡me mola mazo!, sí no me importa decirlo, al igual que el olor de un libro recién impreso. Y ya para rematar el olor del suavizante… ese sí que ¡me flipa!
Yo soy de las que cuando van al supermercado, y me encuentro enfrente de la «bien llamada» sección «productos de limpieza», me vuelvo loca abriendo todos los envases de Suavizante en busca de un olor ¡que me agrade!
(En modo pensativo y dudoso), «el de Marsella no me acaba, el de aceite de jazmín y lirio es demasiado»…, (en modo decisión tomada), «me pillo el de Aura de Océano», no sabéis ¡como huele! queda claro, no?, siempre me guío por el olor del producto. Habrá quien se decante por las ofertas del día, pero es que un buen aroma te hace sentir bien, te recuerda… y ¿por qué no? te transporta. ¿Será por eso que prefiero el de Aura de Océano, porque me recuerda a la brisa del mar, a ese sonido de las olas o a esos momentos por la orilla con los pies descalzos?
