No hay nada mejor que dormir sóla, porque cuando se trata de dormir con tu pareja (considerada pareja con la que llevas y/o lleves por lo menos 3 años y subiendo…), y tienes que compartir tus horitas de sueño es un auténtico tormento. ¿Y por qué? Porque cuando no te quita el edredón y/o nórdico, te arrebata medio colchón despertándote de madrugada congelada, relegada y casi fuera de la cama. No sé si a vosotr@s (intrigada), ¿os pasa.? Y es que mi pareja no repara en ver que se ha hecho el amo y señor de nuestro «aposento». Una de dos, (activando modo búsqueda de solución provisional o permanente), o lo echo de la cama a besos (hay que tener mano izquierda para hacerlo), o acepto que se tape hasta las cejas pareciéndose a la momia de Tutankamón y yo la Reina Cleopatra, aunque estos dos personajes históricos nunca fueran pareja, ni existiera relación alguna entre ellos, ni hubiesen compartido nunca cama, ya que pertenecieron a diferentes reinos.
¡Y recordad! que nadie ni nada os quite el sueño.
