Entre todas las prendas de ropa femeninas hay una que es imprescindible, es la más íntima y la más personal, esa es mi «querida braga». No es necesario tener siete jerseys de cuello alto, o diez pantalones vaqueros, pero sí unas cuantas !bragas! Lo importante es ¡que sobren y no que falten! Por si no lo sabíais, están las altas o bragas faja, las hípster, las bajas, las de algodón, seda, licra, las de encaje, las que van a juego con un picardías, las desechables, las entradas, «culottes» y luego están las bragas-tanga, (entre otras muchas). ¿Lo veis ? ¡que gran variedad!, es un mundo aún por descubrir, en el que no hay lugar para el aburrimiento. Se desconoce quien la inventó por primera vez pero fue llevada a lo largo de la historia por los imperios persas, egipcios y romanos como prenda masculina inicialmente, hasta que evolucionó y decidió adaptarse al cuerpo de la mujer. Os imagináis al imperio persa conquistando y batallando en braga-faja, ¿que miedo verdad? O a ese imperio romano con los «culottes» ¡ Que masculinidad! Pero volviendo al presente, las bragas como decía se pueden comprar a pares y/o por cajas, si no lo has puesto en práctica te aconsejo que lo hagas. Así que cuando vayas de compras, vuelvas o no con bolsas a casa, no te olvides de «pillarte» (tod@s al unisono) ¿unas? ¡¡bragas!! Y si puede ser a «mansalva». Recuerda braga: prenda indispensable que nunca debe faltar y que se suele guardar en el cajón de la mesita, o/y en su defecto cajón del armario ropero.
