Que te inviten a una boda sinceramente representa un gasto y más aún si tienes que desplazarte al sitio en donde la Pareja ha escogido casarse, que en ocasiones supone tener que coger un avión, un tren o un barco. Súmale el hotel en el que vas a alojarte, y ya que vas a ir al bodorrio sería bueno que te quedases más días y aprovechases, para visitar esa ciudad, pueblo o lugar especial elegido por los novios.
Además de estos gastos anteriores, piensa en el regalo que tienes que hacerles a los dos tortolitos, ya sea envuelto o bien mediante transferencia bancaria.
Luego viene esa pregunta tan importante, ¿qué voy a ponerme? No te preocupes, siéntate y respira profundamente. Después revisa todas las fotos que tengas de bodas anteriores y asegúrate de que no aparezcan en ellas ningún vestido o traje de los que tienes en el armario, así podrás ponértelo para ese gran día sin repetir modelito. No te olvides y revisa a conciencia todos tus álbumes existentes, ¡tu bolsillo te lo agradecerá! Haz lo mismo con los zapatos, bolso y accesorios varios.
Cuenta también con el peinado maquillaje, manicura, pedicura y otros tratamientos de belleza, que aunque suelas hacerlos habitualmente, para esta ocasión seguramente te cuesten el doble.
Así que si después de todo, sigues queriendo acompañar a la pareja el día de su enlace, ¡que viva el amor, que vivan las bodas y las celebraciones!, aunque corres el riesgo de arruinarte.
