Esta no es una historia sobre guerra de almohadas en la que gana quien más se ría y mejor se lo pase.. Al menos así lo veo yo.. Me he visto involucrada en muchas de ellas, por supuesto como la protagonista y también como figurante.
Tampoco esta historia va de quién más fuerte dé un almohadazo, será el único y gran vencedor. No, de eso no trata.
Esta historia trata de disfrutar de una buena almohada en la que poder dormir, descansar, relajarse, pensar, evadirse e incluso muchas noches en ella llorar.
Una almohada blandita y confortable, dependiendo de la carga mental que un@ cargue.
Una almohada alta para quienes sueñan a lo grande.
Una almohada más bajita para que la caída no sea tan fuerte.
Que sea como un@ prefiera.
Algun@s de noche la abrazan, sobretodo en las más solitarias.
Este relato no va de tiros, bombas ni contienda. Finalmente va de ese juego de niños pequeños y grandes sin maldad, que hacen volar por los aires las plumas, la fibra, la lana y mucho más.
