GUARDIA DE SEGURIDAD

Es de noche, aún hay escarcha incrustada en los parabrisas de los coches, tiene que salir de casa y coger el tren en la estación que está a 15 minutos. En esta ocasión le cuesta más que nunca, se podría decir que va arrastrando los pies. El cuerpo va descompensado con sus pasos. Dos horas más de sueño le habrían sentado muy bien. Está empezando a llover, tiene la mente en blanco. Le suena una alarma y no es precisamente la del despertador. Su móvil le recuerda que a las 18 p.m tiene que recoger a su hijo del colegio, desde hoy le toca tenerlo a él. Van a pasar unos días juntos. Hace tres semanas que no lo ve y las llamadas se hacen ya muy pesadas.

Llega al trabajo, coge el ascensor y desciende hasta la plata – 2, allí se dirige a su taquilla, se pone el uniforme que lleva sin lavarlo más de dos meses. Huele a humedad. Se coloca la porra en el cinturón y asciende hasta la Planta baja. Abre todas las luces y las puertas del gran almacén, y se coloca al lado derecho de una de ellas . Su compañero que también acaba de llegar, le trae un café americano como cada mañana. Ese es su mejor momento. Está sonando una suave y melodiosa canción dándole vida a todo lo que se encuentra a su alrededor.

Ya se ha acabado el café, el vaso de papel lo deposita en la papelera que se encuentra fuera.

Se toca los bolsillos de la chaqueta y encuentra el deseado chicle de eucalipto y menta, el cual le produce unos estornudos espantosos, que se repiten hasta seis veces.

La gente ya va entrando en el centro, algunos saludan otros ni le miran, _van como becerros_ piensa él para sus adentros.

Las horas pasan sin más, lo único que le consuela es saber que en unas horas podrá disfrutar de su Pequeñín. Sigue lloviendo, tiene la mirada perdida entre los charcos de agua que hay en la gran acera.

De vez en cuando levanta la vista, pero la verdad es que no hay nada que le llame la atención y lo mantenga ocupado. De repente una voz exclama_ Fermín puedes venir, la calefacción no funciona_. Fermín contesta _ voy, enseguida voy_. Sube hasta la planta sexta en donde se encuentran las calderas. Efectivamente después de una rápida revisión la calefacción no se ha disparado. Decide llamar al técnico y que sea este quien se ensucie las manos.

Vuelve a su puesto de trabajo y sigue observando a la gente que sale y entra esperando a que pase algo un tanto interesante.

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